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lunes, 25 de junio de 2012

GAME OVER

Termine de bañarme, Salí de la ducha con la toalla, me mire al espejo y me vi, de repente me empezó a hablar, esa persona que estaba del otro lado del espejo, observándome fijamente a los ojos, me hablaba, no caía en mi asombro. La comencé a escuchar, casi sin pensar si decía o no la verdad, no me importaba, solo me importaba hacerle caso.
Me empezó a decir que tenia que cortarme, me empezó a decir que tenía que terminar con todo esto, que era mas fácil, que ella sabia que yo quería hacerlo, que porque no lo hacía, que era fácil que solo tenia que ir a buscar mis tijeras, que lo haga, que termine con todo, que era mejor para todo el mundo, porque ni siquiera notarían mi ausencia, que era fea y gorda, que para que quería vivir así, que era mejor morir que sufrir para toda la vida, que era mi única solución, que no había otra manera, que ninguna operación me podía cambiar, que ya no había lugar para un bicho mas comiendo y destrozando este mundo, como en una manzana picada, a la que unos cuantos gusanos se le fueron metiendo hasta pudrirla. La escuché, aunque me daba miedo lo que me decía, pero me obligaba, era mas fuerte que yo, me ganaba, me podía, si ella me decía algo yo iba y lo hacía, era así, me manipulaba completamente. Era alguien a quien no le podía decir que no, no podía reprocharle, no podía, solo obedecía, era su esclava, ella era mi dueña, se había apoderado de mi, de mi cuerpo, mente y alma.
La bauticé como “Amanda”.
Amanda se metía en mi mente a diario, para manipular todo lo que hacía y dejaba de hacer, solo quería que haga cosas malas. Le hice caso sin pensarlo, no comí por dos días hasta que me obligaron a comer. Pero Amanda se enojo, ella me había dicho que no comería por cuatro días, el día número cuatro caía domingo.
Llegado el domingo, volví a escuchar a Amanda, no podía ignorarla, estaba hay, la sentía, me hablaba, no podía ignorar esa voz que retumbaba en mi mente todo el tiempo, volví a cometer errores, volví a caer en ese pozo negro del que creía no poder salir, busque mis tijeras, pero estaban desafiladas, desesperada corrí a buscar un sacapuntas, le saque el metal con un cuchillo, y comenzó la noche larga que me esperaba.
Cuando me pude dar cuenta, tenía escrito con cortaduras “GAME OVER” en mi brazo. Amanda  me demostró que no sirvieron de nada los 15 días que pude estar sin cortarme, que no sirvieron las promesas que había hecho a mis amigos, que no servía nada de lo que hiciera, dependía de lo que me dijese, mejor dicho ordenase.
Se me ocurrió prometérmelo a mi misma, ya que el juego había terminado tal como lo decían, las 32 cortaduras en mi brazo, significaba que ese era el fin, que ya no había mas nada que hacer solo podía salir de eso, yo misma, por mi sola, nadie podría ayudarme pero si darme consejos, nadie podría atarme las manos las 24 horas del día, era mi decisión, solo mía y totalmente propia, de la que elegiría realmente que camino quería seguir, si salir del pozo negro o quedarme en él. 

sábado, 16 de junio de 2012

¿Porque yo no podía tener un papá a quien decirle feliz día papá?


Antes de las doce del día del padre, hable con dos amigas que nombraron a su papá y lo que le iban a regalar, una me dijo que hizo llorar a toda su familia por la cartita que le había hecho a su papá, en ese momento no se lo que me ocurrió, no se lo que pensé, pero instantáneamente, me puse a llorar, me puse a llorar tanto que no podía parar.
Le tenía a mi familia entera prohibida nombrarme a mi papá, me hacía mal, pero aun así lo seguían haciendo. No entendía porque yo no podía tener un padre, que me abrace, que me defienda, que se preocupe por mi, hasta que me rete, no entendía porque dentro de mis recuerdos no había un papá llevándome a caballito o llevándome al parque, no entendía porque yo no sabía lo que se sentía tener a un papá, a lo mejor pedía mucho, a lo mejor no todos podían pedir tanto como un papá, quizás eso era solo para personas con suerte, y definitivamente yo no era una de ellas, pero después pensé que estaba mal que yo era mala persona porque no podía pensar solo en mi, hay gente que no tiene ni siquiera padres, siempre va a haber alguien peor que yo, y yo como egoísta me preguntaba que porque no tenía un papa al quien hacerle una cartita, porque no podía aceptar que mi mamá era la única que siempre me había cuidado, y era la única persona que tenia que amar y regalarle cosas para el día de la madre, y agradecer tener una mamá, agradecer lo que tengo y no quejarme por lo que no tengo, porque si dios no me envió un papá que me cuide, debe ser por algo, tengo que aceptar las cosas como son, pero otra parte de mi, no podía dejar de hacerse la pregunta , la dichosa pregunta. ¿Por qué no tengo un papá? ¿Por qué no tengo a una figura masculina a la cual admirar? ¿Por qué no puedo ver a mi mamá feliz con el hombre que se caso? ¿Porque se separaron? … Y las respuestas, algunas las encontraba , se separaron porque los separe yo, era mala no quería que se den besos adelante mio cuando era  demasiado chiquita a los 3 años.. debería ser por eso, yo tenía la culpa, yo sabía que desde que mi mamá dejo de dormir con mi papá porque yo no me dormía si no era con ella, por la razón de que le tenía miedo a los fantasmas, mi papá tuvo otra novia mientras vivía con mi mamá, entonces ya sabía porque ahora no tenía un papá, era porque yo los había separado, y no me di cuenta de lo que me dolería haberlo hecho en el futuro.  Termine en el baño temblando, resistí no cortarme, pero me rasguñe todo el brazo lo mas fuerte que pude, al rato me arrepentí mucho, ¿Por qué no me puse a escribir antes? Así no tenia tiempo de hacerme mal, así me podría haber entretenido y no me daba tiempo a lastimarme, pero las cosas ya estaban hechas, y como siempre ya era demasiado tarde para arrepentimientos.

De mal en peor


Cada vez era peor,  cada vez tenía más ira, hoy dentro de todo fue un día donde no estuve triste, pero al llegar a casa tuve otra clásica pelea con mi mamá que hizo otra vez brotar mis lagrimas,
Entre a la habitación y cerré la puerta haciéndola temblar, el ruido se escucho por toda la casa, me acosté en mi cama y comencé a llorar. Yo sabia que tenia miedo, tenia miedo de empezar a llorar y después no poder parar, sentía tanto dolor en el pecho, tanta ira, me puse a pensar que todo lo que hacia me salía mal, y era así, quizás ese fuese el motivo por el cual me odiaba.
Tanta impotencia, tanta rabia, me destrozaba por dentro. Me daba cuenta que no podía pasar un día sin que me pase algo que utilice como motivo para llorar deprimirme y volver a pensar en cortarme, no había día sin poder al menos  fingir ser feliz, por un momento se me ocurrió contarle mi problema, así podía intentar no gritarme para no deprimirme, pero sabía que la decepcionaría y que aunque me gritara ella me amaba y al fin y al cabo es mi mamá , no quería decepcionarla, no quería hacerle sentir eso,  no tenia porque.
Llegada la noche, le volví a hablar a mi mamá, pero había desaparecido mi perro, Lobi, creo que eso ya era el colmo.
Eran ya las 4 de la mañana y mi perro no volvía, lo único que sabía de el, era que según mi mamá y mi abuela, no habían visto cuando se "escapo". 
Ya ese motivo era suficiente para querer morirme, para desaparecer de este mundo, necesitaba a mi perro, era un miembro de la familia, quería tenerlo, jugar con el, rascarle la panza, sacarlo a pasear, pedirle la patita, acariciarlo, lo extrañaba tanto,  nuevamente me sentía vacía, había un hueco en mi interior, que me decía que me faltaba algo, y si era Lobi.


jueves, 14 de junio de 2012

Llevada a la perdicción


Sentía…
Sentía  dolor,  o eso creía, mientras observaba aquel objeto afilado en mi mano, mientras una brisa pasaba por detrás convirtiéndose en un escalofrío, mi piel percibía las gotas de sangre cayendo lentamente,  como  cuando después de una tormenta las gotitas se van deslizando de los arboles y plantas,  Sentía como mi corazón se iba calmando poco a poco,  como si eso me ayudara a superar la tristeza, como si sintiera alivio al experimentar ese dolor, que no era dolor, era placer, eso se había convertido en un placer diferente al que cualquier persona podría sentir, no podía creer que pensase eso, no podía creer que sentir dolor me causase placer y hasta  se había tornado una adicción, mi cuerpo me lo pedía.
Todo pasaba mientras escuchaba el silencio, pero para mi el silencio no se escucha, el silencio es como si te quedaras suspendida en un momento como tildada, como si te quedaras  fuera de la realidad por  un momento, no sintieses, no escuchases…
Toda mi vida se torno de un color oscuro, turbio, de bajas vibraciones, como el negro.
No quería levantarme por las mañanas, vivía por las noches. Mis noches eran tristes y desgarrantes, letales para mi alma, cada vez me sumergía mas en un pozo oscuro de agua negra del que no podía salir, tenía miedo de que algo me llevara a lo otro, de meterme en mas cosas oscuras y horribles.
Y así iban pasando los días, con deseos de lastimar mi cuerpo, con ganas de sentir la sangre, era como una abstinencia, sentía escalofríos cada vez que algún objeto punzante o filoso se encontraba a mi vista, me sentía cada vez mas masoquista, era una esclava del dolor, estaba prisionera del dolor que yo llamaba para mis adentros placer, ¿porque digo para mis adentros? Creo que si le dijera a alguien “normal “que para mi cortarme era placer y tranquilidad, esa persona pensaría que yo estaba completamente loca, pero no es así, ¿O acaso los drogadictos son todos locos? Bueno, los que se cortan, también sienten algo parecido, ese deseo que se hace incontrolable, es abstinencia, es algo que a veces es imposible de controlar.
Pensaba y pensaba, no quería volver a cometer errores, no quería decepcionar a mas amigos no quería romper mas promesas, no quería, no quería, era una continua negación.
Ese día hable con Wendy, en el recreo nos metimos en un aula vacía y le confesé que había tenido ganas de cortarme en clase. Charlamos sobre el tema, me ayudo  y me alegro mucho saber que tenia a alguien, que estaba hay pase lo que pase.